Dirigida por Stefano Solima, esta secuela de la exitosa producción del canadiense Dennis Villenueve, retoma la historia de Alejandro, protagonizado por Benicio del Toro, un prestigioso abogado quien ante la muerte de su familia se convierte en un fuerte enemigo de los carteles de la droga mexicanos y que es reclutado por el agente del gobierno Matt para generar una guerra entre las mafias de ese país centroamericano mediante el secuestro de la hija de un jefe de la mafia mexicana. Sin embargo, las cosas no salen como se espera y ahora Alejandro y la presunta rehén deben regresar a Estados Unidos para lograr salvar su vida.
Bajo esta premisa argumental ‘Sicario 2: Día del soldado’ ofrece también un coctel de elementos que oscilan bajo el péndulo de la incredulidad total a la humanidad profunda, como lo son el ingreso de terroristas islámicos de manera ilegal por la frontera mexicana mediante la ayuda tacita de los carteles, que no logra convencer a las audiencias, a pesar de las tomas en planos generales y la melodía constante de violines y cornos para inspirar pánico en el espectador, pero cuya coherencia narrativa no tiene la solidez que la calidad visual genera; para pasar luego a presentar un profundo abanico de emociones humanas al ofrecer un cruel contraste entre los esperanzados emigrantes latinos ansiosos de llegar a Estados Unidos en busca de una vida mejor y la total falta de ética de humanidad de las bandas criminales que abusan de sus propios conciudadanos para hacer dinero fácil y mezclar el tráfico de inmigrantes ilegales con toda una serie de actividades ilícitas que son enunciadas con asertividad por la historia y que logran en medio del despliegue de escenas de acción y alta tensión hacer un acercamiento sensible al problema de la inmigración ilegal que viven ambos países.
De igual manera, entre sus aciertos mas destacados esta el tomarse su tiempo para generar escenas de alta tensión, dando espacio a la definición y transformación de cada uno de sus personajes, que logran ante las duras circunstancias a las que son retados mostrar su verdadera naturaleza, pasando por la hija adolescente del narcotraficante líder que pasa de una combativa joven a una niña indefensa pero que valora la protección que se le ofrece y un enigmático soldado deshumanizado que se termina convirtiendo en su devoto guardián, llegando hasta pasar los sacrificios supremos para apoyarla en sus momentos mas difíciles. Asimismo, la audiencia también tiene la perspectiva de un joven que se entrega a su oscuridad para convertirse en un matón profesional de la mafia mexicana, mientras se muestra su paso a la oscuridad, elementos narrados con primeros y segundos planos visuales que le dan a la historia un tono realista que busca una identidad propia lejos de la especularidad de otras cintas de acción o suspenso como la tetralogía de Jason Bourne para centrarse más en la transformación de sus personajes que en las escenas de acción, las cuales también siguen esta tendencia de veracidad que anima a llegar al final del metraje con la seguridad de que se esta en presencia de una cinta que aborda el suspenso y la acción con respeto.
Empero, todo este esfuerzo de contextualización de los personajes y de desarrollo humanístico de los contextos presentados en la historia, decae ostensiblemente en el ultimo tramo de la producción y lo logrado en el punto medio de la historia termina dando lugar a un desenlace no tan efectivo en su conflicto e incluso abriría las puertas a una secuela, lo cual puede desilusionar a aquellos espectadores que ya se habían concentrado en la fortaleza de la trama y en las cautivadoras actuaciones de Del Toro y Josh Brolin que asumen sobre sus hombros a personajes creíbles, con transiciones morales profundas gracias a la fortaleza de su interpretación demostrada en las escenas en que deben enfrentar la corrupción del ejercito mexicano y el momento en que deben confrontar su ética personal con las ordenes recibidas por su gobierno, elemento que logra impactar en la memoria del espectador y a pesar de sus altibajos hacerlo sentir que en verdad no ha perdido su tiempo al compartir un tiempo en la oscuridad de la sala del cine con esta historia que hace el esfuerzo de romper los esquemas tradicionales de las cintas de su género a pesar de sus irregularidades.
MARRANO DE PANTANO 